Movimiento Femenino
ABORTO Y EMANCIPACIÓN DE LA MUJER POPULAR
Hoy entre la población, la legalización
del aborto resulta ser un tema
común a discutir. Según la última encuesta,
el 60% de las mujeres considera
el aborto como un derecho.
Sin embargo, el Estado y el gobierno
de turno no tienen ni una mínima intención
de escuchar la voz del pueblo,
ni legitimar el derecho a aborto fuera
de las llamadas “3 causales”, las que
no resultan ser más que migajas y no
cubren las reales necesidades que tienen
las mujeres pobres, estudiantes,
campesinas y trabajadoras.
Sí, nos referimos solamente a esas
mujeres, porque en la práctica sólo
a ellas se les niega el derecho a abortar.
Mientras las mujeres pobres se
realizan abortos clandestinos a altos
precios y en condiciones denigrantes
donde muchas han perdido su vida,
las mujeres burguesas asisten a clínicas
privadas a realizárselo bajo algún
otro nombre legal.
Pero los que hoy niegan y criminalizan
el derecho a aborto bajo la
supuesta “defensa de la vida” son los
mismos que reprimen y asesinan en
protestas populares, matando Mapuche
en la zona de la Araucanía.
El derecho al aborto es un claro reflejo
de la sociedad en clases en la que vivimos,
lo que este viejo Estado busca
criminalizando a las mujeres pobres
que toman esta decisión, es impedirle
participar de todos los ámbitos de
la sociedad, sacarla de los medios de
producción, obligándola a vivir una
maternidad forzosa, a trabajar el doble
para mantener a sus hijos con un
salario indignante, a criar hijos sumado
con la carga del trabajo doméstico.
El feminismo pequeñoburgués, ha
utilizado esta demanda para centrar
en el individuo y proclamar “yo decido
sobre mi cuerpo”. Cuestión que
desvía la atención hacia un podrido
egocentrismo, en vez de explicarse la
lucha de clases que existe detrás de la
negación de este derecho a la mujer.
Aquí lo realmente importante son
las masas explotadas, por tanto, cómo
las mujeres nos abrimos el camino
para servir de todo corazón al pueblo,
volcándonos por entero a lucha de
clases por solucionar los problemas
fundamentales, como la mitad del
cielo que constituimos.
Creemos férreamente que la emancipación
real de la mujer se conseguirá
a la vez que se consiga también la de
todo el pueblo, cuando éste tome el
poder, y para ello es importante conquistar
derechos reivindicativos que
permitan a las mujeres populares una
mayor participación del proceso revolucionario
actual de nuestro país.
¡A marchar bajo la bandera del
feminismo proletario este 25 de julio
por el derecho al aborto!
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