1917 - 2017
BOLCHEVIQUES Y EL BOICOT A LAS ELECCIONES
Los hechos demuestran que las clases
dominantes nunca van a poner
en riesgo su poder y si es que hacen
concesiones con el pueblo no es más
que para aplacar el descontento y las
ganas de rebelión.
Esto ya lo comprendían los bolcheviques
al analizar la formación de la
Duma, en 1905, como un ofrecimiento
del Zar en su desesperación ante la
creciente ola de huelgas del proletariado,
enfurecido por las miserables
condiciones de vida y las repercusiones
de la guerra.
Durante este periodo de alza revolucionaria
los bolcheviques se negaron
rotundamente a participar de la
I Duma, aplicando la táctica del boicot
que terminaría en un gran éxito,
mientras que los mencheviques aún
tenían la ilusión de que el parlamento
del Zar pudiese funcionar como “centro
de las fuerzas revolucionarias”.
Luego de la primera revolución
Rusa en 1905, se desata una persecución
y represión extrema en contra
de los revolucionarios, obligándolos
a combinar las acciones revolucionarias
abiertas con la legalidad, utilizando
tácticas defensivas en contra
del enemigo.
Las tácticas defensivas que utilizaron
los bolcheviques tienen que
ver con el repliegue de las fuerzas, la
participación en sindicatos legales, el
envío a la clandestinidad a algunos
camaradas, entre otras.
Así es que deciden participar de la
II Duma, con el objetivo de poner al
descubierto la política del gobierno
zarista y los partidos liberales y ganar
el apoyo de los campesinos hacia el
proletariado. Esto permitió efectivamente
fortalecer el Partido, ganando
gran potencia para la siguiente fase
de expansión revolucionaria, que comenzara
en 1912 y que desembocará
en la revolución del 17’.
Actualmente las condiciones para
la revolución son favorables. Por un
lado, para los que gobiernan se hace
cada vez más difícil mantener el orden
que les beneficia y por el otro, las
amplias masas rechazan el proceso
electoral y están prestas a rebelarse,
porque tienen la conciencia de que
las elecciones son un mecanismo más
de la clase explotadora para justificarse
y continuar enriqueciéndose a
costa del sudor y sangre del pueblo.
Por lo tanto la posición revolucionaria
en nuestro país debe ser rechazar
completamente las elecciones y desarrollar
acciones de boicot electoral,
con la perspectiva de fortalecernos
para golpear el viejo Estado, como un
paso en la revolución de nueva democracia
en nuestro país.
“Lenin aplicó el boicot precisamente contra una Duma, un
“organismo representativo”, que debía elaborar una Constitución
al servicio del orden imperante en la Rusia zarista,
y para llegar a esta conclusión se basó en dos fundamentos:
primero, la participación desviaría la revolución de su
camino y, segundo, se desarrollaba un ascenso revolucionario;
estas cuestiones debemos analizarlas aplicándolas a
nuestras condiciones concretas”.
Contra las ilusiones constitucionales, PCP.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario