Nacional
LA TENDENCIA ANTIELECTORAL TRIUNFÓ EN LAS PRIMARIAS
Este 2 de julio se llevaron a cabo las
primarias presidenciales, donde se
definieron los candidatos de las coaliciones
Chile Vamos (CV) y el Frente
Amplio (FA). Una vez más la tendencia
antielectoral de las masas se expresa
pujante, con un ínfimo 13% de
participación electoral.
Distintos análisis se pueden hacer
al respecto, sin embargo una cosa es
clara: la tendencia antielectoral es tal,
que en cada elección vota menos gente,
con o sin voto voluntario.
El FA no pudo lograr sus propias
metas, demostrando que el descrédito
de la farsa electoral no será fácil
de sanear para el viejo Estado. Con
su discurso “radical” buscó ilusionar
al creciente sector del pueblo que
no vota, sin embargo solo obtuvo
330.000 votos aprox, un 19% del total.
Este frente oportunista no tiene
nada de nuevo: en la historia hay numerosos
ejemplos de como la gran
burguesía, al ser cuestionada la legitimidad
de su dictadura de clase,
genera nuevos partidos y coaliciones
para prolongar su agonía. Ya sea Carlos
Ibáñez y su “escoba” para barrer
con la corrupción, o la concertación,
traficando con la heróica lucha de las
masas contra la junta militar fascista.
Todos ellos, por más radical que sea
su discurso, tienen algo en común:
niegan la necesidad de la destrucción
del viejo Estado para la revolución.
Conscientes o no, el FA, hoy con
Sánchez como candidata presidencial,
viene a volvernos a ilusionar con que
el Estado puede cambiar su carácter
con un proceso electoral, camuflando
su objetivo con un sinfín de teorías.
Por otro lado, dentro de las filas de
CV, donde están los representantes de
los sectores más reaccionarios de las
clases dominantes, se impuso Piñera,
a pesar de todos los fraudes por los
que se le acusa. Su candidatura no es
más que un reflejo de la podredumbre
y la crisis endémica del capitalismo
burocrático y el imperialismo.
La tendencia antielectoral se desarrolla
pujante, sobretodo entre los más
pobres expresado en que las comunas
con mayor abstención en las elecciones
del 2016, son las más pobres de
Santiago: La Pintana y La Granja.
De ahí que la tarea revolucionaria
ante las elecciones del viejo Estado,
en la actual situación revolucionaria
en desarrollo, donde cada vez son
más las masas que se desengañan de
este circo, sea la del boicot electoral.
Con este, se desarrolla la tendencia
antielectoral y se educa al pueblo en la
necesidad de la destrucción del viejo
Estado, primer punto del programa
de la revolución democrática.
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