Editorial, La Rebelión se Justifica N°13
Estamos solo a semanas de las elecciones del 19 de Noviembre y el fracaso de este circo es inminente. Quedará más que claro que las masas no quieren ilusiones constitucionales, sino que su anhelo más grande es barrer este podrido sistema de opresión mediante una revolución.
Desde el plebiscito del año 1988, cuando se instauraron nuevamente las elecciones, el viejo Estado reimpulsó la ilusión electoral para engañar al pueblo con que “la alegría ya viene”, resultando una participación del 88% para esas elecciones. Pero la alegría nunca llegó, y 28 años después en las municipales del 2016, la participación se redujo a un mísero 35%.
Esta es una férrea demostración de que el pueblo va reconociendo que el Estado y sus elecciones no son para “el bien común” sino que para engordar a los grandes burgueses y terratenientes. Va quedando en evidencia que el viejo Estado no sirve al pueblo, sino que lo combate, dejándolo en la terrible miseria y desocupación, lanzándolo inevitablemente a la protesta popular.
Por ello, la tendencia antielectoral de las masas se desarrolla, y por más que lo niegue el oportunismo electorero, es un terreno fértil para la revolución.
La corrupción de la propia familia de Bachelet, el descaro sin límites de la actual campaña del ladrón Piñera, el gasto de los fondos públicos de 167
millones de pesos en lacrimógenas como parte de la agenda represiva de los pacos, y más aún el robo criminal de los altos mandos de carabineros por más de 20 mil millones; llegan ser solo una expresión de la profunda podredumbre del viejo Estado.
Todo esto mientras en las poblaciones se sufre el hambre a diario, los ancianos apenas pueden sostener su estómago alimentado debido a las pensiones miserables que deja el millonario robo de las AFP en beneficio del imperialismo yanqui.
Hoy presenciamos la desesperación a las clases explotadoras en estas elecciones presidenciales y parlamentarias, preocupadas por la inminente baja de la participación electoral.
Por eso lanzan campañas para promover el voto, junto con desesperados intentos de aplacar la lucha popular con la “operación huracán”, demostrando cómo las elecciones, junto con la “operación huracán”, son parte de la guerra contrasubversiva que el Estado desata contra el pueblo.
Al viejo Estado solo le queda desatar mayor represión ante sus últimas derrotas y distintos montajes caídos, destacando el de los 11 comuneros absueltos del caso Luchsinger-Mackay como un contundente triunfo para la lucha del pueblo.
Por esto al pueblo no le corresponde votar, si no concentrar todas sus fuerzas en desarrollar la protesta popular, en rumbo al camino de la Revolución de Nueva Democracia.
Esto es lo que se impondrá finalmente en el porvenir de la situación en todo el país, reconstituyendo el verdadero Partido Comunista para dirigir al pueblo a barrer la criminal concentración de riquezas y las tierras, como parte de la revolución proletaria mundial.
El movimiento estudiantil hoy es removido por este gran momento histórico y el camino burocrático de los explotadores demuestra a todos lo nefasto que es.
El oportunismo electorero ha mostrado su experticia en desarmar la organización estudiantil. El Frente Amplio destruyó la Federación de Estudiantes del Pedagógico 2017, pagados por un sueldo con dinero público de la institución, por ejemplo.
Mismo camino sigue el PTR, que al igual que Trotsky, buscan cualquier cita descontextualizada de Lenin para
postrarse ante este viejo Estado y buscar con todas sus fuerzas ser parte del mismo e intentar darle un respiro. A muy pocos convencen con eso de que “desenmascararán al parlamento y convencerán a los que votan por Piñera”, pues el viejo Estado, el parlamento y sus elecciones ya están siendo desenmascarados por la lucha popular.
A los estudiantes solo nos corresponde aplicar el Boicot Electoral para seguir apuntando contra este Estado y fortalecer las fuerzas propias del pueblo, desarrollando la protesta popular. Ese es el único camino que tenemos posible para la revolución.
El mismo camino que nos reafirmó la Liga dos Camponeses Pobres de Brasil, que en su visita a Chile, nos expone el contundente avance de sus áreas revolucionarias que hoy desenvuelven 20.000 campesinos en el país vecino. El mismo camino de la Gran Revolución Socialista de Octubre en 1917 del cual debemos conmemorar con lucha sus 100 años.
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