Estudiantil // La Rebelión Se Justifica N°15
Este año el gerenciamiento de Bachelet buscó aplicar su “reforma” educacional financiada por prestamos del Banco Mundial de $150.000 millones, a la vez que montó estrategias represivas buscando aplastar movilizaciones y encarcelar a estudiantes del pueblo.
A su vez, las fuerzas auxiliares del
viejo Estado se lograron -al fin- agrupar
en el Frente Amplio, compitiendo
en la farsa electoral y buscando
utilizar al movimiento universitario
como su principal ganado electoral.
En este contexto, en el movimiento
estudiantil se desplegaron numerosas y
combativas luchas que desbordaron la
legalidad y avivaron la llama de la protesta
popular encendida el 2006 y 2011.
Los secundarios se rebelaron contra
la falsa desmunicipalización, llegando
a echar a golpes a los oportunistas
de la CONES-JJCC y a los matones de
la ACES de las marchas, y contra el
plan represivo aplicado en los liceos
de Santiago Centro por la alcaldía.
Por otro lado, los universitarios se
alzaron por la condonación de la deuda
del CAE, por verdadera gratuidad
y en contra de la ley de Ues Estatales,
con combativas jornadas de protesta.
También estallaron importantes
movilizaciones por demandas internas:
en Derecho UCH una toma logró
una histórica victoria conquistando
casi todo el petitorio demandado; en
la U. ARCIS, hoy en quiebra por la
negligencia de sus ex dueños del falso
PC, los estudiantes resistieron
contundentemente el cierre; y en la
UFSM fueron tomadas todas las sedes
contra la corrupción de sus dueños
y las condiciones precarias.
Además se dio un salto en unirse a
las masas pobres: combativas demostraciones
desplegaron estudiantes de
la UCH, UdeC, UFRO, el Pedagógico
y liceos, en apoyo a la lucha Mapuche
y contra la Operación Huracán.
Las demandas del movimiento femenino
también fueron encarnadas
por estudiantes, con contundentes luchas
contra el acoso y el patriarcado
en liceos (L7, L4) y universidades.
Esto demuestra que la lucha de la
masa no declinó en ningún momento,
sino que desborda cada vez más la legalidad,
alcanzando nuevas formas,
a pesar de la pasividad de las dirigencias
oportunistas (JJCC, FA, etc.)
enquistadas en federaciones y asambleas,
que concilian con el viejo Estado
y burocratizan las organizaciones.
Esta contradicción solo será superada
con el desarrollo de la línea clasista
en el movimiento estudiantil, demostrada
como la única que permite
arrancar victorias y servir al pueblo.
Un ejemplo a seguir son los estudiantes
de Pedagogía de Brasil, que en
base a la línea clasista van reconstruyendo
organizaciones de nuevo tipo,
levantando a miles por la defensa de
la educación pública y gratuita y contra
los planes imperialistas.
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