Estudiantil, La Rebelión Se Justifica N°20
Durante el inicio de este año, la debacle
de la FECH ha llegado a niveles
aberrantes. El Presidente electo, Alfonso
Mohor (Movimiento Autonomista)
ha sido suspendido en el cargo
por encubrir un acoso laboral realizado
por un integrante de su ex Centro
de Estudiantes de Ingeniería durante
el 2017, momento en que Mohor era
presidente del CEI.
La situación llega a ser vergonzosa,
siendo un gran ejemplo de los negros
fines del oportunismo en el movimiento
estudiantil. En medio del alza
de la lucha femenina, con casi todas
las facultades movilizadas por el petitorio
U. Chile, en medio de la dura
lucha de los presos políticos Mapuche
e incluso, del asesinato de una funcionaria
Mapuche de la Universidad, los
consejeros y representantes de la Federación
no encontraron nada mejor
que hacer que llevarsela entre plenos
de más de 6 horas, discutiendo sobre
una sanción que nada tienen que ver
con el apoyo a la funcionaria acosada
-porque de ser así, los mismos representantes
estarían movilizándose por
las condiciones miserables de trabajo
que impone la universidad a sus funcionarios
en todas las facultades- sino
más bien con una miserable repartija
por quién reemplazará a Mohor.
Este conflicto y todo el procedimiento
detrás, es la guinda de la torta
para una Federación que durante
años ha sido desarmada y desmantelada
por el oportunismo electorero.
Hoy, cuando el movimiento popular
avanza y se reorganiza, necesitamos
una FECH al servicio del pueblo
y sus luchas, retomando la tradición
clasista de esta Federación que en sus
inicios aglutinó al movimiento estudiantil
por la conquista de la reforma
universitaria y en el apoyo a las luchas
del campo y la ciudad. Lejísimo está
la actual Federación de eso, no siendo
más que un nido de puestos para el
Frente Amplio, las JJ”CC” y otros.
Para ello se hace necesario en primer
lugar acabar con el sistema burocrático
de mesa integrada, en donde
los puestos de la mesa directiva son
compuestos por las listas que obtienen
las 5 primeras mayorías, terminando
esto en una repartija de
puestos entre los mismos de siempre,
y obstaculizando la organización.
Al contrario, se debe promover una
mesa directiva con lista única.
En segundo lugar, se debe replantear
el papel de los consejeros FECH,
potenciando las asambleas de las bases,
dando la posibilidad de remoción
en caso de incumplimiento.
Las asambleas de base deben deliberar
sobre la federación que queremos
y su carácter, los estudiantes clasistas
deben pugnar por desarrollar una Federación
al servicio del pueblo. Solo
así evitaremos que otra federación
sea destruida por el oportunismo, y
conquistaremos una Federación de
Estudiantes clasista y combativa para
las luchas del presente.
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