Editorial, La Rebelión Se Justifica N°20
Ya van más de 100 días desde que
asumió el reaccionario Piñera y su
gobierno muestra de manera más
abierta el carácter del viejo Estado,
cómo le sirve a la gran burguesía y a
los terratenientes, al igual que Bachelet,
y cómo tiene oídos sordos ante las
demandas del pueblo, mientras lo saquea
y reprime, todo como perro fiel
a su amo, el imperialismo yanqui.
Así lo demuestra la intención de
rebajar los intereses de las empresas
“para que Chile pueda desarrollar su
potencial”, beneficiando a un puñado
de millonarios, mientras no deja de
robarle al pueblo de sus miserables
sueldos y la salud, la educación, la vivienda,
etc. siguen siendo inalcanzables
para los pobres del país.
Con la modificación al Protocolo
Aborto 3 Causales, que disminuyó
los requisitos para la objeción de conciencia
y permite que aquellos funcionarios
públicos que objeten sigan
trabajando para el Estado, Piñera juega
con esta demanda que tardó años
de lucha, y desprecia a cientos de
mujeres violadas o que arriesgan sus
vidas por abortar clandestinamente.
Después de su campaña presidencial
en que prometía extender la beca
de gratuidad al 90% de los y las estudiantes,
ahora dice que esta medida
estará condicionada al crecimiento
económico del país, demostrando
cómo trafica con los sueños del pueblo
para ganar votos, y luego se lava
las manos de sus falsas promesas.
Encima, ya están intentando restringir
esta beca para estudiantes
implicados en tomas, como forma de
amedrentar, y se han tomado medidas
como el cierre unilateral del liceo
Amunátegui.
Este gobierno continúa con la militarización
del Wallmapu, ahora
enviando policía especializada para
“combatir el terrorismo en la Araucanía”,
a lo que se suma la modificación
de la ley antiterrorista, que hace aún
más fuerte la persecución del viejo
Estado al pueblo Mapuche.
Pero sus medidas anti-pueblo no le
han salido baratas, y es que son cientos
de miles las personas en las calles
exigiendo justicia y luchando por los
derechos del pueblo, por pensiones
dignas, por la libertad de los presos
políticos mapuche y chilenos, salud,
etc. Ante lo que el viejo Estado no ha
dudado en disponer de todo su aparataje
represivo para dispersar e intimidar
a las masas.
El movimiento estudiantil ha sido
un dolor de cabeza para quienes han
gobernado este viejo Estado, y este
año son las compañeras quienes han
protagonizado esta lucha, contra el
acoso y abuso sexual, la educación
sexista y el patriarcado, llevando más
de dos meses una movilización nacional
que llegó a tensar a tal nivel
que Piñera se vio obligado a lanzar
una “Agenda Mujer”, fuertemente rechazada
por las masas, pues profundiza
la precarización de la vida.
Ya va finalizando esta alza en la
lucha femenina, y un buen número
de las universidades, institutos y liceos
que estuvieron movilizados van
bajando sus tomas y paros habiendo
obtenido varias conquistas. Esto demuestra
la justeza de estas demandas
y la fuerza de las mujeres organizadas
que lograron dirigir al resto del movimiento
estudiantil.
Pero para que todas estas conquistas
no se esfumen una vez que se
bajen las movilizaciones, es necesario
luchar por las demandas históricas
del movimiento estudiantil, que
apuntan a barrer con la semifeudalidad
y el clientelismo en la educación,
y a democratizar las instituciones
educacionales.
Por un Cogobierno Triestamental
y elección de las autoridades, para
que las decisiones finales no la tomen
un conjunto de autoridades dentro
de cuatro paredes, sino estudiantes,
funcionarios y profesores de manera
triestamental. Esta demanda tiene especial
importancia, sobretodo cuando
la mayoría de las movilizaciones
se ha levantado contra un puñado de
profesores acosadores apernados.
Por educación pública y verdadera
gratuidad, para que la educación no
sea un privilegio de unos pocos, sino
un derecho realmente garantizado
para el pueblo, para que todas las demandas
que conquiste el movimiento
estudiantil sean alcanzables por los y
las más pobres del país.
Y siempre resguardar la independencia
de movimiento estudiantil,
para que la educación no esté sujeta a
los intereses del gobierno de turno ni
del viejo Estado, junto con buscar la
unión con las masas más pobres.
Lograr que el movimiento estudiantil
retome estas demandas solo puede
hacerse dando la lucha ideológica en
medio de las movilizaciones actuales,
pugnando por dirigirlas y arrebatarlas
de la influencia del oportunismo y
el imperialismo, es decir, impulsando
una línea de clase. Es así que se han
dado importantes saltos en la politización
y organización de las masas.
Es así que avanzaremos hacia un movimiento
estudiantil clasista.
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