Creciente ha sido últimamente la
participación de las masas femeninas
en las distintas movilizaciones que
cada vez abundan más en las calles
de nuestro país, desde combativas
marchas por la liberación de la Machi
Linconao, protestas de secundarias
contra el patriarcado que pervierte
hasta el punto de violar y asesinar a
mujeres como Andrea Mazzo, hasta
la lucha por el aborto libre.
Tanto ha sido el movimiento que
han desatado las mujeres populares,
que a la burguesía no le queda más
que acudir desesperadamente a sus
artimañas electorales e intentar a rasguños
hacerse parte del movimiento
femenino. Así el viejo Estado ha impulsado
la ley de “cuotas de género” en
el parlamento.
Plegándose completamente a esto,
forma indignante los electoreros han
centrado su feminismo burgués en
cuántas mujeres hay en el parlamento,
con el único fin de engañar una vez
más a las masas, haciéndoles creer en
el camino electoral y llenándose el
bolsillo a través de sus votos.
Pero no nos dejemos engañar, sabemos
bien que ni 10 ni 15 ni 30 de esas
mujeres millonarias va a representarnos
nunca en ese nido de ladrones,
puesto que todas ellas son férreas
representantes de otra clase, la gran
burguesía, y toman posición por ella
defendiendo los intereses del viejo
Estado y el imperialismo.
Así en el Frente Amplio este mes
tuvo gran repercusión la pugna por
quién irá a competir para el parlamento
en el Distrito 10, disputándose
los cupos entre Natalia Castillo (RD),
Jackson (RD) y Mayol, queriendo éste
último dejar afuera a Castillo. Por
este hecho, unos a otros se acusaron
de ser más o menos “feministas” por
apoyar o no una miserable candidatura
parlamentaria.
De esta forma intentan desesperadamente
distintos oportunistas y el
mismo viejo Estado para que las masas
crean en ellos, pero en ninguna de
sus vergonzosas peleas vemos resueltas
las reales necesidades que tenemos
las mujeres del pueblo.
Lo que importa verdaderamente son
nuestras hermanas y hermanos de clase, nos importan las mujeres mapuche
encarceladas o clandestinas, las
mujeres con jubilaciones de hambre,
las que mueren en abortos clandestinos,
las jóvenes populares que son
violadas y asesinadas.
Es por esto que la línea del feminismo
proletario desecha la ilusión de
que con más mujeres en el viejo Estado
se logran conquistas y es más, asume
como tarea propia el boicot electoral.
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