Hoy en Venezuela, se ha agudizado
la crisis general del capitalismo burocrático,
cuestión que evidencia las
precarias condiciones de vida de las
masas, la intensa pugna interburguesa
por quien administrará el viejo Estado
y la inminente intervención del
imperialismo yanqui.
Venezuela, a pesar de la verborrea
“antiimperialista” de Chávez-Maduro,
es una semicolonia del imperialismo
norteamericano. Esto quiere decir
que, en prácticamente todos sus aspectos,
es dominada por los yanquis.
En el plano económico, tiene un
capitalismo burocrático basado en la
monoexportación del petróleo (97%
de sus ingresos). Casi la totalidad de
las importaciones del país provienen
de EE.UU., y el 65% de sus exportaciones
de petróleo van hacia allá.
Pero para que todo esto sea posible,
los imperialistas necesitan de títeres
venezolanos, que sostengan el viejo
Estado, a saber, la gran burguesía y
los grandes terratenientes, quienes
también se enriquecen en base a la
explotación y el saqueo del pueblo.
Todo esto explica los acontecimientos
actuales: masivas protestas en las
calles de las masas empobrecidas y
hastiadas de la crisis que genera el capitalismo
burocrático, que ha provocado
una escasez de servicios básicos
y una elevada inflación (300%).
Ante esto, la prensa reaccionaria le
atribuye a la oposición, a la “MUD”,
la supuesta dirección de las protestas,
tratando de generar la idea de que las
masas claman por un gobierno de la
oposición. Por otro lado el revisionismo
en general plantea que todo es un
plan yanqui de desestabilización de la
“revolución bolivariana”.
Pero ¿qué es lo que se trata de esconder
interpretando así los hechos?
que lo que ocurre hoy en Venezuela es
una pugna de las dos facciones de la
gran burguesía: la compradora, representada
por la oposición, y la burocrá-
tica, representada por el gobierno; por
la administración del viejo Estado.
Los anhelos de las masas nada tienen
que ver con ninguna de estas facciones
reaccionarias; ni la oposición
ni el “proceso constituyente” de Maduro
son una salida que beneficie al
pueblo, pues ambas facciones quieren
mantener el viejo Estado y el capitalismo
burocrático, pero con programas
distintos, siendo hoy más servil
para el imperialismo yanqui la facción
compradora.
Por tanto hoy corresponde apoyar
la lucha del pueblo venezolano contra
la intervención yanqui, e indesligablemente
contra el oportunismo y el
revisionismo. Venezuela necesita de
una revolución que expulse realmente
al imperialismo y acabe con el capitalismo
burocrático y la semifeudalidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario