martes, 12 de diciembre de 2017

El ladrón Piñera y la defensa de lo conquistado


En la próxima segunda vuelta presidencial, ciertamente es Sebastián Piñera el candidato que mayor revuelo ha causado en la opinión pública.

Las razones no son menores, ya que día a día las masas manifiestan su repudio ante un candidato representa toda podredumbre del capitalismo burocrático, como se ve en múltiples funas como la ocurrida en Valparaíso.

Y es que son decenas de denuncias de robos, fraudes, estafas y corrupción asociados a este magnate con una fortuna de U$2.700 millones, fiel representante de la gran burguesía compradora de nuestro país.

A modo de ejemplo, recordamos el caso del fraude en el Banco de Talca en 1982, durante la Junta Militar Fascista de Pinochet, donde Piñera se fugó por 24 días tras ser declarado reo, dándole tiempo a sus abogados para solicitar un recurso de amparo que anulara la decisión juez.

Otros casos como financiamientos de PENTA, colusión en LAN, vínculos con SQM y hasta la revelación que varios hijos y nietos de Piñera aparecían como accionistas en empresas y paraísos fiscales siendo aun menores de edad, se suman a la lista.

Y es que es cierto: Piñera es un ícono de robos sistemáticos y corrupción de Chile, pero no es el único.

Con todos estos antecedentes, amplia difusión ha tenido la campaña #todoscontraelgüiña, que muchas veces va acompañada de otra que plantea #levantalarajayvota o “Vota por cualquiera menos por Piñera”, sin embargo ¿Es justo este llamado?

Si es bien, Piñera ha amenazado desmantelar varias conquistas parciales que ha ganado el pueblo, no debemos olvidarnos que todas estas conquistas se han logrado en base a la protesta popular, no por la bondad de tal o cual Presidente, y no será su contendiente o cualquier otro payaso quienes cambiarán esto, porque el viejo Estado está hecho para mantener la opresión.

Por ejemplo, durante el gerenciamiento de Piñera se conquistó la rebaja del 6 al 2% del interés del CAE, no porque haya sido “buen Presidente”, sino porque la protesta callejera lo obligó a ceder. Es más, todos aquellos que hoy trafican con las demandas del pueblo deben acordarse ¿Qué decían antes del 2011 respecto a la educación gratuita? Nada, y no fue hasta que estalló el movimiento estudiantil que tuvieron que empezar a mencionarla.

Por tanto, centrar el debate en que no salga este ladrón sólo lleva al pantano del parlamento y de la farsa electoral, donde históricamente se han entrampado las demandas del pueblo, y a la mentira de que votando por el “mal menor” defenderemos lo conquistado.

En realidad, es todo lo contrario, la defensa de los derechos del pueblo depende sólo de si continuamos o no desarollando la lucha y la organización clasista y combativa.


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