Internacional, La Rebelión Se Justifica N°14
En marzo del 2011 el imperialismo
yankee a través de la OTAN emprende
una guerra de agresión contra el pueblo
libio, para llevar “la paz y el progreso”
en base a bombardeos e invasión
militar.
Esto, luego de que el régimen de
de Muamar Gadafi anunciara que la
comercialización del petróleo libio
se dejaría de hacer en dólares, siendo
las reservas petroleras libias las más
grandes de África.
Logrando consumar sus planes y
ya establecido un gobierno títere,
en septiembre del 2011 se juntan en
París los “Amigos de Libia” (EEUU,
Reino Unido, Francia entre otros) a
repartirse los contratos de petróleo.
A seis años de esta invasión, la “paz
y el progreso” norteamericano una vez
más muestra su verdadera cara.
Actualmente, en Libia hay tres gobiernos
distintos: uno con sede en Tobruk
(puerto petrolero), al servicio directo
de los yanquis, y otros dos con sede en
Tripoli (la capital tradicional), uno islamista
y otro creado por la ONU, que
se disputan el control del oeste.
Sumado a este desmembramiento
del viejo Estado, hay cientos guerrillas
que movilizan a más de 120.000 personas
que siguen siendo bombardeadas
por la OTAN, manteniendo el territorio
en estado de guerra.
Desde la invasión la pobreza se ha
acentuado mucho, y aparte de los
mismos libios que quieren emigrar,
gran cantidad de africanos llegan hasta
las costas de Libia buscando llegar a
Europa a través del Mediterráneo.
Es en torno a esta crisis que se ha
erigido todo un mercado. Por un lado,
la burguesía europea se enriquece
vendiendo a los Estados africanos
implementos básicos para los campamentos
de refugiados. Por otro, se
ha armado un negocio en donde se
cobra a los migrantes africanos para
cruzar el Mediterráneo en balsas de
hule, en un viaje donde solo el 2016
murieron 5.000 personas.
Por si fuera poco, incluso se han descubierto
mercados de esclavos: desde
los centros de detención del gobierno
de Tripoli son extraídos migrantes,
principalmente subsaharianos, para
ser vendidos como esclavos para ser
destinados a la explotación sexual o
a la minería clandestina, por ejemplo.
Buscando sanear el podrido gobierno
títere yanqui, en 2018 se realizarán
elecciones parlamentarias y presidenciales,
luego de distintas negociaciones
entre los tres gobiernos, pero ya
ha quedado claro el carácter de esta
dominación y el pueblo sabe que en
esas urnas no conseguirá nada de lo
que realmente necesita.
Así es como la dominación imperialista
muestra en Libia su más negra
esencia, y es una razón más para que
los pueblos del mundo nos rebelemos
contra nuestro enemigo principal.
Centro de venta de esclavos en Libia |
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