Femenino, La Rebelión Se Justifica N°20
Estos meses se ha visto destacados
por una serie de movilizaciones feministas
que se han desplegado a través
de todo el país, pronunciándose en
contra del acoso, abuso, y cualquier
manifestación de violencia machista
que se vivía en su espacio como expresión
de la sociedad patriarcal.
Esta movilización logró salir de la
teoría a la acción, así es como se desarrollaron
varias marchas, se hicieron
acciones, se cortaron calles, se llevaron
a cabo concentraciones, funas a
acosadores, manifestaciones culturales
y grandes muestras de apoyo a
otras luchas, como la del pueblo Mapuche;
estas instancias caracterizadas
por el rol de la mujer subversiva
como principal protagonista.
Un percance fue cómo el feminismo
liberal o burgués intentó socavar
la cara combativa y la posición de
clase de las mujeres que participaban,
materializándose en alianzas parlamentarias
pluripartidistas y “agendas
de género”, apelando que la violencia
machista es un problema transversal
y de la misma intensidad entre ricas y
pobres, intentando ocultar el carácter
de clase que tiene la opresión y lucha
femenina.
Las ganadas son diversas, las movilizaciones
gestionadas por mujeres
autoconvocadas lograron gran parte
de sus petitorios: expulsar a acosadores,
ensuciarles su imagen pública, la
sanción del acoso y el abuso en algunos
reglamentos, entre muchas más.
La lucha dentro de cada institución
tuvo como principal enemigo al
clientelismo, en donde las autoridades
protegen y encubren a sus redes
de amigos, contra lo que las mujeres
seguirán peleando.
Una victoria importante fue el nivel
de organización que alcanzaron las
compañeras, que levantaron orgánicas
regionales, círculos de mujeres
clasistas y buscaron organizarse a nivel
nacional con el Encuentro Nacional
de Mujeres Autoconvocadas, que
a pesar de los errores y del intento de
sabotaje del oportunismo, logró unificar
a mujeres autoconvocadas desde
Iquique hasta Magallanes y ordenar
el pliego de demandas nacionales que
sonarán aún más fuerte en futuras
movilizaciones.
Otra importante ha sido el elevar el
nivel de conciencia de las masas respecto
a la doble opresión de la mujer,
en el combate a la idea de la naturaleza
deficitaria de la mujer y a la violencia
machista, cuestiones que lograron
inmiscuirse en amplios sectores.
A pesar de que faltó una mejor
unión con las mujeres trabajadoras,
pobladoras, y estudiantes secundarias,
e incluir con más firmeza las
demandas históricas del movimiento
estudiantil, esta rebelión femenina logró
levantar una línea clasista y dejar
un montón de nuevas experiencias y
lecciones que se quedarán en la historia
de nuestro pueblo ¡Viva la furia
revolucionaria de la mujer!
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