Este mes se cruzan dos conmemoraciones angulares para la historia del proletariado nacional e internacional; se cumplen como ya hemos venido reiterando en ediciones anteriores 200 años del natalicio del fundador del marxismo Carlos Marx, y 142 años del nacimiento de Luis Emilio Recabarren, jefe del proletariado chileno y fundador del Partido Comunista de Chile como sección chilena de la Internacional Comunista.
Recabarren, es el aplicador de la ideología a las condiciones de nuestro país, debemos enarbolar y defender el trabajo que realizó por el movimiento obrero y campesino, pues su aporte tiene gran trascendencia para el movimiento popular de nuestro país.
Desde sus primeros años fue un reconocido dirigente sindical que dedicó una vida de lucha contra la miseria y explotacion que vivia el pueblo de norte a sur, en la pampa, el centro y en la Araucanía.
En la decada de 1910, se destaca la fundación de la FOCh (Federación Obrera de Chile), la cual partio como una agrupación de obreros de ferrocarriles y más adelante, debido a la miseria que se vivia en el sector minero por parte de los trabajadores y sus familas, comenzaron a integrarse los empleados del salitre, haciendo que esta organización adquiera un carácter nacional.
A traves de su dirección y con los avance organizativos del proletariado participante de la epoca, la Federación comenzó a tener un gran reconocimiento del movimiento obrero, teniendo su mayor repercusión en las movilizaciones de la decada de 1920.
Mas adelante la victoria de los obreros en Rusia alcanza una gran influencia internacional y Chile no es la excepción, al enterarse Recabarren de este hecho expuso: “Doy sin vacilar mi voto de adhesión a los maximalistas rusos, que inician el camino de la paz y de la abolición del régimen burgués, capitalista y bárbaro. Quien no apoye a esta causa sostendrá el régimen capitalista con todos sus horrores”.
Este saludo más adelante se machaca en la realidad chilena con la fundación del Partido Comunista de chile, asumiendose asi como la seccion chilena de la Internacional Comunista.
Con esto se da un cambio en la fisionomia de la lucha de clases y se impulsa abiertamente y con fuerza que la conquista del Poder es el único camino para el fin de la explotación, la abolición de las clases y la recuperación de todos los derechos usurpados del pueblo, línea política plasmada en el Levantamiento de Ránquil, la más alta experiencia revolucionaria del pueblo chileno.
¡A retomar y desarrollar el pensamiento de Luis Emilio Recabarren!
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