lunes, 25 de junio de 2018

Educación no sexista y al servicio del pueblo

A lo largo de la historia, las clases opresoras han impulsado la reaccionaria teoría de la “naturaleza deficitaria de la mujer”, esto es, la noción de que la mujer es inferior al hombre tan solo por ser mujer.

Esta absurda tesis, al servicio de las clases dominantes y de su ideología, se plasma de muchas formas, entre ellas la Educación sexista. A lo largo de toda la enseñanza se educa a las mujeres en base a un rol secundario e inferior que debe cumplir en la sociedad, debiendo dedicarse principalmente a las labores domésticas.

Para analizar la educación sexista, generalmente se pare por diferenciar entre el “currículum explícito” y “currículum oculto”. “Currículum explícito” es el programa de educación que se presenta abiertamente: textos escolares, formas de evaluación, etc.

Mientras que el “currículum oculto” es aquel que se transmite de manera implícita, esto es, un trato y una exigencia diferenciada según el sexo en el proceso de aprendizaje; un protagonismo superior de los hombres respecto de las mujeres, tanto en calificaciones, rol en la historia y la ciencia, etc; una orientación vocacional según el sexo: hay “profesiones para hombres y otras para mujeres”; reparto de cargos de manera diferenciada por sexo, entre estudiantes, docentes, administrativos, auxiliares, etc.

Lo que termina en que en las carreras como Parvularia o Enfermería, clasificadas como femeninas, entre el 87% y el 99% de las tituladas. Mientras que en carreras como Ingeniería Civil y Mecánica hay un un 87% y 96% de hombres matriculados.

También esto se evidencia, por ejemplo, en que el 2017 fueron 118 hombres quienes obtuvieron puntaje nacional en la PSU versus 25 mujeres, siendo que la relación de matrículas entre ambos sexos es de 50 y 50.

Es contra de estas manifestaciones del patriarcado que pesa sobre las mujeres, que estudiantes se movilizan, y con una constante lucha de más de 5 años han logrado levantar la consigna “Educación no Sexista” como una demanda del movimiento estudiantil, exigiendo becas para madres, padres y cuidadores estudiantes; más material de estudio con autoras mujeres; modificación de las mallas curriculares; incorporación a las disidencias sexuales; eliminación de las prácticas machistas de profesores y muchas cosas más.

Es así como las estudiantes luchan contra la “naturaleza deficitaria de la mujer”, lucha que apunta a golpear el patriarcado, siendo necesario retomar también las demandas históricas estudiantiles, tales como el cogobierno triestamental y gratuidad, para golpear también la semifeudalidad y a los enemigos del pueblo. Es la semifeudalidad la base de las redes clientelares de los rectores mediante las que se encubre a los profesores acosadores. He ahí la necesidad de estas demandas.

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