Editorial, La Rebelión Se Justifica N°17
A fines de marzo un fallo del Tribunal
Constitucional (TC) declaró
inconstitucional, dejando sin efecto,
el artículo 63 de la Ley de Reforma a
la Educación Superior que buscaba
prohibir la inclusión de personas o
corporaciones con fines de lucro entre
los sostenedores de universidades
privadas.
Críticas emanaron desde la “oposición”
al gobierno. Por una parte, la
Nueva Mayoría (NM) criticó este fallo
llamando a reformar el organismo
para cambiar una supuesta “funcionalidad
del TC a los intereses de la
derecha”.
Pero lo curioso es que quien realizó
el requerimiento de inconstitucionalidad
no era nadie de la UDI ni de RN,
sino que fue Pilar Armanet, miembro
del PPD (NM) y dirigenta del Consorcio
de Universidades Privadas.
Por otra parte, fuerzas como el
Frente Amplio (FA) y el falso PC han
querido presentarse como los más radicales,
llamando a oponerse al fallo
y a movilizarse, lo que es sintomátic
de su actuar hoy ante un gobierno
de derecha, con el único objetivo de
para ganar puestos en el viejo Estado
a costa de cabalgar sobre las justas luchas
de las masas, tal cual actuaron el
2011 los oportunistas Camila Vallejo
(PC) y Giorgio Jackson (FA), para
luego traicionar al movimiento estudiantil
desde sus puestos millonarios
en el parlamento.
Ahora, si analizamos en concreto
la cuestión del TC llegaremos a una
conclusión: nada estaba en juego para
los estudiantes allí. La Ley de Reforma
a la Educación Superior, pactada
entre la Nueva Mayoría y la derecha
el 2015 durante el gobierno de Bachelet,
no hace más que profundizar
el capitalismo burocrático en la educación.
Así, mantiene la educación de
pago, la tendencia a la privatización,
el desfinanciamiento de la educación
pública y tantas cosas más que los estudiantes
hemos combatido.
Con esta cuestión los oportunistas
del FA-NM buscan validar las falsas
reformas del gobierno de Bachelet.
Prueba de ello es que ni una palabra
dijeron al respecto los dirigentes de
la FECH ni del Colegio de Profesores
(FA), sino más bien se dedicaron a
denunciar solo el fallo del TC como
un “retroceso” (¿respecto a qué?).
Así y todo, la noticia desencadenó
una inmediata indignación seguida de
diversas protestas populares, y cómo
no, si parece hacer retroceder conquistas
de una de las demandas más
sentidas del movimiento estudiantil:
fin al lucro en educación, que desde
el 2011 hemos levantado.
Para los estudiantes clasistas lo que
corresponde entonces es rechazar los
planes privatizadores del MINEDUC,
pero no para defender las falsas reformas,
sino para luchar por la conquista
de la educación pública, gratuita y
al servicio del pueblo.
Represión en protesta afuera del MINEDUC luego del fallo del TC |
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