Editorial, La Rebelión se Justifica N°12
A todos los oprimidos del mundo les corresponde conmemorar los 100 años de la Revolución Bolchevique. Este hito extraordinario en la historia mundial, plasmado en 1917, marca el término de la era de la revolución burguesa y el comienzo de la actual Nueva Era: La revolución proletaria mundial.
Este hecho no solo representa al pueblo de Rusia o los países que conformaron el gran campo socialista. Es un hecho que representa a los oprimidos de todos los países, una contundente e inevitable respuesta a la miseria generada por la ambición imperialista; es el inicio que vislumbra el nuevo mundo sin ricos ni pobres, es el ejemplo contundente que ilumina el camino de todo explotado y especialmente del proletariado internacional, la clase más grande y revolucionaria de la historia.
La Revolución de 1917 hoy demuestra tener absoluta y plena vigencia, pues ¿cómo se ha logrado combatir resueltamente al imperialismo y su dictadura burguesa? Sólo con la dictadura del proletariado, que da amplia democracia a las masas y golpea implacablemente a la burguesía.
La revolución proletaria es el resultado inevitable de la opresión imperialista, última fase del capitalismo conformada desde 1890.
La Revolución Bolchevique logró frenar formidablemente dentro de
Rusia la I Guerra Mundial Imperialista por el reparto del mundo. Logró repartir la tierra para el que la trabaja y con scar todo el capital monopólico para hacerlo propiedad del pueblo.
Este programa cumplido, es la plasmación completa del marxismo establecido en el “Manifiesto del Partido Comunista” de Marx y Engels. Programa heroicamente aplicado por las masas bajo la dirección de Lenin, gran jefe del proletariado a la cabeza del Partido Bolchevique.
Su triunfo dio a luz a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), mostrando a los pobres del mundo que el Partido Comunista es su indispensable instrumento de unidad para derrocar a la burguesía de sus países.
Stalin continuó fielmente aplicando el leninismo, como gran timonel de la URSS, su nombre quedó grabado en el corazón de los trabajadores, consolidó contra viento y marea la dictadura del proletariado, desarrollando la industria, aplastando el nazi-fascismo y frenando toda la II Guerra Mundial; por esta razón representa la pesadilla para los imperialistas y todo tipo de marionetas del mismo.
Hoy el imperialismo difunde su mentira de que “el socialismo fracasó”. Pero solo es su más burdo disparate, ya que todas las revoluciones en la historia sufrieron restauraciones antes de triunfar. Cuando la burguesía
era revolucionaria, solo pudo triunfar en Europa después de 300 años de revoluciones burguesas y contrarrevoluciones feudales.
La revolución proletaria hoy vive el mismo proceso, solo que en 100 años, ha demostrado un potencial mucho mayor que la burguesía.
La Revolución de Octubre en 1917 solo es el comienzo de la revolución proletaria mundial, y logró que un tercio del mundo fuera socialista a mediados del siglo XX. Luego, la restauración capitalista en todo el mundo, solo dejó más clara la necesidad de la dictadura del proletariado. Esta lección hoy sigue más vigente que nunca.
Por eso Vladimir Putin, representando al imperialismo ruso muestra su temor diciendo: “no reabrir viejas heridas”, “no resucitar viejos antagonismos”.
Por eso los revisionistas, como el falso PC, rojinegros, trotskistas, etc; lo conciben solo como “importante hecho del pasado” y hoy promueven el pantano de las elecciones.
Hoy quienes verdaderamente dan el mejor ejemplo mundial de cómo enarbolar el camino de la Revolución Bolchevique, son los maoístas que han iniciado la Guerra Popular encarnando las mejores enseñanzas del proletariado internacional.
En este mismo momento, las Guerras Populares son parte de la Nueva Gran Ola de la Revolución Proletaria Mundial y se llevan a cabo en Perú, India, Turquía y Filipinas.
Ellas llenan los corazones de esperanza, mostrando el camino y dando plena convicción al proletariado de que, guiándose por el marxismo-leninismo-maoísmo, estamos condenados a vencer y barrer el imperialismo de la faz de la tierra.
Dejan al descubierto que la afirmación “fracasó el socialismo” solo es parte de los últimos zarpazos de bestia herida que da el imperialismo. Están demostrando que avanzamos inevitablemente al comunismo, la nueva sociedad sin ricos, ni pobres.
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