viernes, 9 de junio de 2017

El pueblo no se deja engañar por la cuenta pública

Nacional

EL PUEBLO NO SE DEJA ENGAÑAR POR LA CUENTA PÚBLICA


El combativo Paro Nacional del 1 de Junio fue una ardua jornada de protesta contra las falsas promesas del viejo Estado en la última Cuenta Pública del gobierno pro-yanqui de Bachelet, que manifestó una vez más la desesperación de las clases opresoras ante la rebelión de las masas.

Este discurso fue un vano intento de sobornar al pueblo hablando de “grandes beneficios a la ciudadanía” que se “lograron” con el gobierno, como la falsa gratuidad, proyectos como la Línea 7 del metro (para seguir acumulando riquezas mediante el transporte “público”), y engañando con el “fin al CAE” que será reemplazado por otro crédito estatal.

Por más palabrería, la masa vive los hechos: hay 10 millones de endeudados, más de un millón y medio a través del CAE, y el viejo Estado no pretende condonar la deuda a las familias que anhelan el derecho por la educación, pero si lo hace con los millones que debía Johnson’s, por ejemplo.

Mientras las masas sufren esta miseria, los banqueros se enriquecen a través de la deuda y los altos mandos de las fuerzas policiales roban más de $20.000 millones de pesos. Estos mismos ladrones mandan a reprimir, apalear, encarcelar y asesinar estudiantes como Manuel Gutierrez (2011) y Daniel Menco (1999).

Esta es la situación que desata la rabia popular en las calles durante este Paro Nacional, desplegando heroica violencia revolucionaria en las calles. El Alcalde de Santiago tachó la marcha en Santiago como “la marcha más violenta del año”, lo que demuestra un alza en la lucha de clases, para lo cual debemos prepararnos.

¿Prepararnos para qué? Para responder enérgicamente la represión del viejo Estado que se intensifica. Para combatir al oportunismo y el revisionismo, que intenta utilizar las marchas como ganado electoral y así hacerse parte de este podrido Estado. 

Nosotros, el pueblo, no tenemos otra opción que unificarnos en pensamiento, política, plan, acción y mando, para derribar este viejo Estado, su ejército y construir la nueva sociedad.

Sólo podremos actuar así reconstituyendo un auténtico Partido Comunista, que ya fue fundado en 1922 por Recabarren pero que fue usurpado por la burguesía, que unifique a los pobres de norte a sur.

Así se asegura el rumbo del pueblo: la Revolución de Nueva Democracia. Confiscar a los banqueros y a los terratenientes mediante la violencia, para hacerla propiedad social del pueblo, único camino para acabar con la raíz de toda opresión.

La juventud combatiente se enfrenta contra Fuerzas Especiales.

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