Editorial N°8
¡EDUCACIÓN GRATUITA, CIENTÍFICA, NACIONAL Y AL SERVICIO DEL PUEBLO!
Miles de estudiantes se pliegan a las
calles en protestas, marchas y cortes
de calles por el derecho a la educación,
teniendo como respuesta del
viejo Estado una creciente represión,
con estudiantes gravemente heridos
numerosas detenciones arbitrarias,
golpizas y gas lacrimógeno a destajo.
El combativo estado de ánimo de las
masas debe llenarnos de optimismo.
Mientras tanto la CONFECH impulsa
las “cinco indicaciones” (fin a
la deuda, gratuidad, fortalecimiento
de la ed. pública, marco regulatorio
y fin al lucro) para “incidir” en esta
“reforma” que solo profundiza el capitalismo
burocrático en la educación
(ver edición anterior). Esto en los hechos
es hacer conducta y lobby, y enfrascarse
en el parlamento, órgano de
legitimación de las clases opresoras,
que históricamente ha servido para
contener las demandas del pueblo.
Ejemplo de lo anterior es el de Iván
Fuentes, antes dirigente de las protestas
que paralizaron Aysén el 2012, hoy
miembro del parlamento y acusado
de recibir sobornos y financiamiento
de las mismas pesqueras contra las
que las masas ayseninas protestaron.
Es por esto que el movimiento estudiantil
no debe dejarse engañar por
quienes plantean “reformar” el viejo
Estado y usar nuestras justas luchas
como campaña electoral.
Por el contrario, cuando los estudiantes
luchan contra la educación de
pago, lo que se manifiesta es el odio
de la masa contra el capitalismo burocrático,
modelo que está presente
en todo ámbito de la vida del pueblo,
tanto en la salud de pago, como en los
salarios de miseria, las pensiones de
hambre, etc.
La raíz de los problemas de las masas
es el capitalismo burocrático sostenido
por el viejo Estado, y no tal o cual
gobierno, tal o cual reforma, siendo la
revolución democrática la única capaz
de barrerlo. Es por esto que es necesario
que el movimiento estudiantil esté
al servicio de la revolución chilena.
Esto demanda levantar una organización
clasista a nivel nacional, una
organización que agrupe a estudiantes
de todo Chile, que tome posición
por el proletariado y el pueblo y que
dirija al movimiento estudiantil contra
las tres montañas que nos oprimen:
el imperialismo, la semifeudalidad
y el capitalismo burocrático.
Una tarea urgente para desarrollar
esa organización clasista es definir una
plataforma de lucha.
Esta permitirá guiar a las amplias
masas de estudiantes, principalmente
los más pobres, a luchar por reivindicaciones
concretas que representan
su anhelo de conquistar el derecho
del pueblo. Así, en medio de su
lucha podremos elevar su conciencia
política, hasta que más amplias masas
comprendan que la lucha por la educación
es parte de la lucha del pueblo
por el poder, de la revolución, y que
tomen tareas en ella.
Hoy una plataforma de lucha clasista
es la de educación gratuita, científica,
nacional y al servicio del pueblo:
Gratuita porque queremos que todos,
especialmente los más pobres,
tengan el derecho real a educarse en
todos los niveles. Con gratuidad expulsamos
a la banca y a la burguesía
monopólica de la educación.
Científica, es decir, no solo teórica,
sino también práctica. Hoy se nos
enseñan dogmas, a responder a, b o
c, a memorizar conocimientos que
solo cuando salimos a trabajar vemos
cómo funcionan en realidad, y
muchas veces no tienen nada que ver
con lo que nos enseñaron. Solo ligando
teoría y práctica podemos llegar a
conocimientos completos.
Nacional para que responda a las
necesidades de nuestro país, que se
aboquen al estudio y protección de
nuestros recursos naturales, de nuestras
culturas y no los intereses del
imperialismo, que hoy tiene a carreras
como pedagogía totalmente desfinanciadas.
Y al servicio del pueblo, que la educación
responda a las necesidades de
los más pobres de la sociedad chilena,
de obreros, campesinos, pobladores y
no de la burguesía monopólica ni los
terratenientes, como hoy ocurre con
liceos cayéndose a pedazos para generar
mano de obra barata, y centros
de formación o institutos de tercera
categoría para los más pobres.
Esta es la consigna que los estudiantes
revolucionarios deben popularizar
por doquier, para que las masas la hagan
suya, y elevarla. Solo así podremos
desarrollar las bases para dirigir el
movimiento estudiantil por el camino
revolucionario.
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