Educación Ideológica
EL PAPEL CONTRARREVOLUCIONARIO DEL TROTSKISMO
A todo revolucionario le corresponde
la tarea de desenmascarar el rol
contrarrevolucionario de los oportunistas
y revisionistas en la historia.
Uno de los más rabiosos oportunistas
es Trotsky, quien tergiversó la esencia
del marxismo, oponiéndose al desarrollo
que plasmaron de éste Lenin
y Stalin, y atacando cuestiones básicas
para el triunfo de la revolución.
El marxismo requiere comprobación
práctica de la teoría, partir de
los hechos para interpretarlos y principalmente
transformarlos; cuestión
que exige una actitud honesta.
El comportamiento anticientífico,
deshonesto, divisionista y finalmente
reaccionario de Trotsky pone al descubierto
su antimarxismo, y desenmascara
el trotskismo como un viejo
instrumento del imperialismo.
El texto de Trotsky tan difundido
hoy por sus seguidores “Tres concepciones
de la revolución rusa”, es un
ejemplo de sus tergiversaciones.
Dentro de este, Trotsky negó la necesidad
de la fundamental alianza obrero-campesina
para el triunfo de la revolución,
inventando que Lenin nunca
consideró como un aliado “al campesinado
como tal”. Para justificar esto,
utilizó un supuesto “parafraseo” de la
siguiente cita contenida en el texto de
Lenin “Socialismo pequeñoburgués
y socialismo proletario”: “Desde el
principio apoyaremos, hasta las últimas
consecuencias, apelando a todas
las medidas, hasta a la confiscación al
campesinado en general contra el terrateniente,
y posteriormente apoyaremos
al proletariado contra el campesinado
en general.” ¡Pero en realidad esto no lo escribió
Lenin, sino que lo tomó del periódico
“Revolutsionnaya Rossia” y lo citó
para criticarlo! Y lo que es más enfá-
tico, Lenin se opone totalmente a esta
posición diciendo: “Esto constituye
el punto de vista del anarquismo más
primitivo y pueril por lo ingenuo”
Así, el trotskismo justifica su posición
reaccionaria de negar al campesinado
como aliado de la revolución y
junto con otras tergiversaciones combate
al marxismo.
Debemos desenmascarar ante las
masas al trotskismo que se disfraza de
“radical”, cabalgando sobre la lucha
de las masas y criticando al Frente
Amplio, por ejemplo. Pero sus ansias
son las mismas: ser parte del viejo Estado.
La reciente legalización del PTR
no es más que una confirmación de su
electorerismo.
Recordemos lo que dijera Lenin:
“Trotsky nunca ha tenido una opinión
firme sobre ninguna cuestión importante
del marxismo”
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