Editorial N°5
EN ESTE 2017 ¡A DESARROLLAR LA CRECIENTE PROTESTA POPULAR!
Una cuestión de extraordinaria
importancia para el movimiento estudiantil
y el pueblo entero, es el problema
de la existencia o no de una situación
revolucionaria en el momento
actual. Definirlo con precisión traza
la línea divisoria entre el camino del
pueblo y el camino burocrático.
Contrario al análisis que hace el
oportunismo y revisionismo para
justificar su camino electorero, hoy
constatamos que la sociedad chilena
vive una situación revolucionaria en
desarrollo. Cuestión que queda clara
bajo el criterio marxista que establece
Lenin: “Rusia vive una situación
revolucionaria porque la opresión de
la aplastante mayoría de la población,
(...) se ha agudizado al máximo, siendo
de notar que la opresión agudizada,
el hambre, la miseria, la ausencia
de derechos y los ultrajes al pueblo se
hallan en flagrante desacuerdo con el
estado de las fuerzas productivas de
Rusia, con el grado de conciencia y
con el nivel de las reivindicaciones de
las masas...”
A la luz de esta síntesis, que perfectamente
calza a la situación nacional,
hablar de masas pobres, es hablar
principalmente de campesinado. Nadie
puede decir que nuestro país no
vive esta situación hace mucho tiempo,
que hay un despojo creciente al
campesino y que producto de esto se
atiza la lucha mapuche.
Esta cuestión no necesita mayor demostración,
solo basta que una persona
quiera ver la realidad y profundizar
honestamente en ella; letra muerta
será esto para los dirigentes de los
Partidos y organizaciones electoreros
que en desesperación bregan por un
puesto en este Estado.
La explotación es la base para la
situación revolucionaria, sin embargo,
esta base necesita otra condición.
Como el mismo Lenin dice: “La opresión,
por grande que sea, no siempre
origina una situación revolucionaria
en un país. Para que estalle la revolución
no suele bastar con que los
de abajo no quieran seguir viviendo
como antes. Hace falta además, que
los de arriba no puedan seguir administrando
y gobernando como hasta
entonces”. Una vez más, no encontramos
necesario demostrarlo, dentro
de una situación nacional en donde el
olor de la podredumbre del Estado se
puede percibir en todo el país.
Debemos partir por esta comprensión
para definir una línea ideológica
y política verdaderamente proletaria.
Partir de esta concepción reduce inmediatamente
a cenizas las máscaras
de los oportunistas y revisionistas.
Deja al descubierto la farsa del
Frente Amplio, que sueñan con su
asqueroso puesto en la presidencia
de este viejo Estado; descubre la farsa
del PTR que con una apariencia
“combativa y revolucionaria”, sueñan
por legalizarse y confundir a las
masas; deja al descubierto a todas las
organizaciones que confían en la vía
institucional como un camino para los
pobres.
Todos ellos niegan la situación
revolucionaria, con frases descontextualizadas
del mismo Lenin y sin
análisis concreto de la situación actual
¿Por qué?, porque son fuerzas
auxiliares del viejo Estado. Es decir,
su tarea es negar la necesidad de lucha
armada por la conquista del poder, negar
la necesidad de demoler este viejo
Estado y construir el nuevo Poder.
Negarán aún más cualquier discusión
que toque estos problemas fundamentales.
¡Este es un año para que el estudiante
esté fundido con las masas y se desarrolle
la creciente protesta popular,
que el pueblo se eduque en su papel
histórico de conquistar el poder, que
se desborde la legalidad y se promueva
el boicot a la farsa electoral, que el
pueblo logre barrer la basura sembrada
por los oportunistas y revisionistas!
¡El pueblo no tiene otro camino!
Huelga de la mina Escondida, 2017. |
“Para engañar al pueblo se dice: ¿No es una verdad
que los obreros demócratas están en el gobierno? y
nosotros preguntamos: ¿En compañía de quiénes
gobiernan los demócratas? Y todo el pueblo verá y
reconocerá que los demócratas gobiernan juntos y
de acuerdo a los intereses de los grandes capitalistas
del país o con los representantes de estos grandes
capitalistas. Y gobernando en compañía de esos
grandes capitalistas tendrán que servirse preferentemente
los intereses de ellos y por lo tanto abandonar
los intereses de la clase trabajadora, pues en el gobierno
de un país no se puede servir JAMÁS los dos
intereses al mismo tiempo. Esta es la VERDAD”
Luis Emilio Recabarren,
La Rusia Obrera y Campesina, 1923.
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