La última semana de agosto, las compañeras de Derecho de la U de Chile se abrazaban y emocionaban hasta las lágrimas por una enorme noticia: Carlos Carmona, cuya denuncia de acoso originó una toma feminista de dos meses y medio en la facultad de Derecho UCH, presentó su carta de renuncia ante el nuevo decano.
No cayó uno, sino dos peces gordos. El ahora ex decano Davor Harasic renunció como autoridad universitaria y como profesor, prefiriendo retirarse antes que hacerse cargo del problema, de todas formas, las y los estudiantes ya sabían lo incapaz que era para solucionar conflictos.
Pero el motivo de tanta felicidad en los pasillos de Derecho es que se haya ido de una vez por todas este profesor acosador, Carlos Carmona, quien hubiera sido presidente del Tribunal Constitucional y profesor de derecho administrativo hasta hace tan solo un par de meses, quién no sólo arrastraba una denuncia por acoso sexual en su contra por parte de una estudiante, sino también por acoso laboral desde el 2015 por parte de una funcionaria del TC, la cual mantuvo escondida por el precio de $14 millones que pagó el mismo tribunal.
A pesar de que las autoridades se negaron a pedirle la renuncia, demostrando la relación profundamente clientelar entre estas y los acaémicos apernados, la lucha femenina y estudiantil hizo lo suyo. La renuncia de Carmona era el punto número 1 del petitorio de la movilización de Derecho y ahora, Carmona no rondará más por los pasillos de la facultad, ni Harasic lo encubrirá.
Carmona renunció para que "la escuela pueda retomar su normalidad" según sus propias palabras, pero su vida nunca podrá volver a ser normal, pues las compañeras lo azotaron contra el suelo e hicieron justicia, golpeando a su vez el clientelismo, velo bajo el que estos "peces gordos" se esconden para acosar y realizar todo tipo de injusticias contra estudiantes.
Que esta victoria entonces nos llene de confianza en la fuerza de las mujeres organizadas, que sea un impulso para el movimienfo femenino clasista en la lucha contra los acosadores, del patriarcado y del clientelismo ¡A continuar la lucha por la verdadera emancipación de la mujer de la población, del campo, de la fábrica, del liceo y de la universidad!
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