Mapuche, La Rebelión Se Justifica N°18
El 9 de junio del 2016 detuvieron al
lonko Alfredo Tralcal y a los peñi Pablo,
Benito y Ariel Trangol, acusándolos
de un ataque incendiario a una
iglesia evangélica que se encontraba
con gente adentro, allá por Padre Las
Casas.
Los peñi fueron detenidos a varios
kilómetros del lugar. Al día siguiente
la intendencia de la región interpone
una querella por delito de incendio
terrorista. Así se les impone la prisión
preventiva como medida cautelar,
aunque los peritajes no hayan encontrado
ni combustible ni pólvora en
sus cosas, cuestión que según los testimonios
deberían haber estado. Pero
así, con la ley antiterrorista, logran
tener meses a los peñi en prisión, intentando
desvitalizar su lucha. Pero
no pueden.
El 7 de junio de 2017, a más de un
año de estar en prisión, inician una
huelga de hambre, principalmente,
para que no se les aplique la ley antiterrorista.
Esta medida de presión fue
apoyada desde el campo y la ciudad
por el pueblo mapuche y no mapuche:
lienzos, marchas, cortes de rutas,
rayados, tomas, etc. Se logró romper
el cerco mediático y la solidaridad
con los peñi se sintió.
Con el aguante de los peñi y el apoyo
de los pueblos, hasta que el gobierno
cedió la demanda de recalificar el
uso de la ley antiterrorista para este
caso. Ya no habría ninguna mención
a la aplicación de la ley 18.314 y que el
hecho se investigaría como un incendio
común. Con desborde y solidaridad
se le paró la mano al tragineo que
el viejo Estado hace con la ley antiterrorista
para el pueblo Mapuche.
A mediados de abril de este año se
conoce la sentencia: Pablo y Benito
son declarados culpables por delito
de incendio, arriesgando una pena de
alrededor de 10 años. Ariel y el lonko
Trancal son absueltos. Si bien el tribunal
desestimó el delito terrorista,
condena igual a los dos peñi a pesar
de las irregularidades en la detención,
la investigación, las declaraciones de
los testigos.
Así se suman otros peñi más a la
larga lista de presos políticos Mapuche
que resisten en las mazmorras del
viejo Estado inquebrantables, convencidos
de continuar la lucha.
Es parte de la política del viejo Estado:
perseguir y encarcelar a luchadores
con tal de amedrentar una lucha
que amenaza con acabarlo. Es bueno
ahora estar atentos a la revisión del
fallo que hará la defensa, y en cuanto
se necesite, volver a sacudir los territorios
en solidaridad con los peñi
perseguidos por el Estado chileno. Y
resistir con todo el endurecimiento
de la ley antiterrorista que hace poco
se ha anunciado.
Desde el movimiento estudiantil debemos
organizar la solidaridad de clase
con los Presos Políticos Mapuche y
con las Comunidades en Resistencia,
sirviendo a la línea clasista.
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