Nacional, La Rebelión Se Justifica Nº17
El mes pasado, el Periódico El Pueblo
visitó la recuperación de tierras de
Curanilahue, levantada por familias
de campesinos, dando a conocer la
lucha que se lleva adelante.
Fue el 20 de enero cuando Curanilahue
fue testigo de un nuevo comienzo
en la lucha por la tierra, protagonizada
por los campesinos del
Sindicato de Trabajadores Independientes
Nueva Esperanza, quienes llevan
décadas de lucha en contra de los
constantes golpes del viejo Estado y
del monopolio forestal.
La historia de esta lucha se remonta
hasta mediados del siglo XX, cuando
antiguos inquilinos llegaron al Fundo
Mundo Nuevo durante los 30’ y
arrendaron parcelas. En 1969, se organizaron
en la Cooperativa Campesina
Mundo Nuevo y compraron los
derechos litigiosos, convirtiéndose al
fin, en los legítimos dueños de las tierras
en las que ya vivían hace 30 años.
Pero el año 1975, bajo la Junta Militar
Fascista, llegó la Forestal Arauco a
expulsarlos acusándolos de estar ocupando
tierras de su propiedad. Lo que
hizo Arauco fue utilizar un Decreto
Ley, con trucos y corrupción, para
lograr adquirir 3000 hectáreas de la
propiedad, legalizando la usurpación
que en los hechos ya le estaban haciendo
a los campesinos.
Desde entonces, los campesinos
han realizado ingresos al fundo en los
cuales han sido desalojados violentamente,
con represión y destrucción
de las viviendas que han intentado
construir.
Donde hay opresión hay rebelión.
Estos hechos indignantes han aumentado
sus ansias de lucha y la convicción
de la recuperación. No ha sido
fácil, pues los acusan de hurto de
madera, toman detenidos y les entregan
la madera a la forestal a pesar
de mostrar los papeles que avalan su
propiedad.
Así, el 2015 hicieron ingreso al
fundo que reclaman, construyendo
casas, cuando un grupo de matones
pagados por la forestal les fue a destruir
lo construido, expulsándolos del
fundo. Ahora, con desición plena, los
campesinos han hecho un nuevo ingreso
al fundo, manteniéndose ya por
casi 3 meses.
La lucha de este Sindicato muestra
lo más importante: el alza en la lucha
del pueblo por recuperar las tierras
que le pertenecen, siendo un significativo
ejemplo del avance de la lucha
por la tierra ya no solo entre los
mapuche, sino hoy también entre los
campesinos pobres chilenos.
Por eso el viejo Estado tiembla ante
la chispa que puede incendiar la pradera,
hoy cuando se demuestra que
todos sus esfuerzos por evitar que la
lucha mapuche por la tierra desborde
hacia el campesinado pobre chileno
han sido en vano.
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