jueves, 12 de enero de 2017

Sobre la lucha en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile contra protocolos reaccionarios.

LA LUCHA EN LA FACULTAD DE DERECHO DE LA U. DE CHILE CONTRA  PROTOCOLOS REACCIONARIOS.


En la facultad de Derecho de la Universidad de Chile, a dos semanas de finalizar el semestre académico, se han levantado masivas movilizaciones como respuesta a medidas reaccionarias y autoritarias de decanato. 

El 4 de enero se aprobó en el Consejo de Facultad el protocolo para “mantener el correcto funcionamiento de la escuela”, que establece medidas abiertamente reaccionarias, como la obligación de hacer clases en períodos de paralización, siendo la asistencia obligatoria si así lo decide la cátedra, duras sanciones a las funas, corte de agua y luz en caso de toma, entre otras medidas antimovilización. 

A lo anterior se suma el protocolo aprobado en el Consejo de Escuela el 5 de enero, y de Facultad el 9 del mismo mes, que modifica el reglamento de las evaluaciones, eliminando los rezagos (posibilidad rendir una evaluación en una fecha extraordinaria, debidamente justificado) y las suficiencias (posibilidad de rendir nuevamente el examen si es que de nota final es entre 3.8 o 3.9 para poder aprobar la cátedra), entre otras medidas. 

Ambos protocolos buscan aplastar al movimiento estudiantil; por un lado, el primero ataca directamente las movilizaciones disfrazándose de “pro educación” y hasta de “ecologista”, mientras que el segundo ataca a todos los estudiantes, sobre todo a los movilizados y a los estudiantes pobres. Es la primera Facultad en la que se implementan y ya amenaza con avanzar hacia otras. 

Desesperado, el decano, aprovechándose del período de exámenes, busca resguardar el “prestigio” de la facultad que tanto les sirve a sus académicos para seguir obteniendo sus millonarios ingresos. El enriquecimiento de la casta de académicos aumentará, mientras empobrecen nuestros bolsillos, ya que se basa en el endeudamiento estudiantil, y con las modificaciones al reglamento de evaluaciones se incrementarán los años de carrera y los costos de ésta. 

Por otro lado, una de las justificaciones de estas medidas es la sobrecarga de trabajo de Secretaría de Estudios (institución encargada del proceso de evaluaciones), pero no lo piensan dos veces al obligar a funcionarios de menor rango (honorarios, contrata o subcontratados) a trabajar más de cinco horas extra semanales gratuitamente, o derechamente los despiden sin justificación, claro ejemplo de cómo la servidumbre (sujeción personal característica de la semifeudalidad) se desenvuelve en nuestra Escuela. 

Estos protocolos deben ser aprobado por el Consejo de Escuela (vicedecana, vicepdta. del Centro de Estudiantes, consejeros de facultad y académicos), luego por el Consejo de Facultad (decano, pdte. del Centro de Estudiantes, consejeros de escuela y académicos, donde los estudiantes no tienen derecho a voto) y por último por la Contraloría y el Rector de la Universidad. Experiencias anteriores nos indican que una vez aprobadas en Consejo de Facultad, pasan intactas por el resto de los procesos hasta comenzar su vigencia oficialmente. Ambas instancias son directamente mandatadas por el Decano y su red clientelar de socios y cómplices, que como señor feudal hace y deshace a su gusto. 

Ante esto los estudiantes, luego de una masiva asamblea el 6 de enero, donde se definió llevar adelante una lucha decidida contra estas medidas, fueron a la oficina del archirreaccionario decano Davor Harasic, para funarlo. Luego, el 9 de enero funaron el consejo de Facultad donde se aprobaría el segundo protocolo, obligando a posponer la sesión, pero siendo reanudada la misma tarde. 

Estas importantes movilizaciones nos demuestran la necesidad de desenmascarar a oportunistas y revisionistas, que llamando al “diálogo” o también a la lucha, se sientan a negociar sin conquistas concretas a la primera llamada del decano. Ejemplo es la funa al decano, cuando a la primera llamada de éste ofreciendo una reunión, el Centro de Estudiantes (CED) y otras organizaciones llaman a dispersar la movilización para entrar a negociar en cuatro paredes, cuestión rechazada rotundamente por la masa pero que luego lograron, así el decano con la masa dispersada canceló la reunión. Por otro lado, están los llamados a no movilizarse ni hacer funas, diciendo que no sirven, o a postergar la movilización para el próximo año, lo que hará más difícil derrocar estos protocolos una vez implementados. 

El deber de los estudiantes es luchar desde ya contra estas medidas y por la democratización de la Universidad, porque los estudiantes tengan voz y voto en sus decisiones y en la elección de las autoridades, levantando movilizaciones en contra del decano y los académicos reaccionarios para impedir su aprobación final. 

Esta lucha le da golpes al capitalismo burocrático en la educación, apuntando contra el clientelismo, la servidumbre y la precarización, y golpeando las medidas reaccionarias de decanato totalmente serviles al plan contrarrevolucionario del viejo Estado de contener la lucha estudiantil. Es tarea organizarse y luchar por la revolución, única forma de acabar con el capitalismo burocrático y la educación al servicio del imperialismo de una vez por todas.

¡¡ABAJO EL OPORTUNISMO Y EL REVISIONISMO EN EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL!! 

¡¡LA REBELIÓN SE JUSTIFICA!!

Masiva asamblea del 6 de enero.

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