Femenino, La Rebelión Se Justifica Nº19
El 23 de mayo Piñera anunció la “Agenda Mujer” en una ceremonia repleta de ministras, diputadas, senadoras
y carabineras, siendo la respuesta
que se vio obligado a ceder ante la creciente rebelión de mujeres que se viene gestando desde hace unos meses.
Esta agenda contiene una serie de medidas, desde acelerar proyectos de ley que están durmiendo en el congreso
hasta una reforma al artículo 1 de la Constitución, buscando asegurar
una “equidad de género”.
Entre sus medidas encontramos el anuncio del derecho a sala cuna universal. Actualmente, las empresas están
obligadas a proveer de salas cunas cuando hay más de 20 mujeres con hijos menores de dos años, lo que ha significado que los empleadores para ahorrarse este gasto, privilegien contratar
a varones. Una de las demandas del movimiento sindical por tanto históricamente ha sido el derecho a sala cuna universal, independientemente
del sexo, por ser esta normativa
marcadamente machista.
La “reforma” propuesta por el gobierno
por tanto al parecer cumple con esta demanda, pero es todo lo contrario, porque ya no se le exigirá al empresario poner la sala cuna, sino que ahora correrá a cargo de los y las trabajadoras, significando un costo de producción 0 para patrones y el Estado este anuncio, que pone feliz a la gran burguesía.
Otra medida consiste en “igualar la cancha” en las ISAPRES. Actualmente, los planes de ISAPRE para mujeres entre
30 y 34 años son un 179% superior a los que acceden los hombres, cuestión
que justifican por estar en edad de mayores posibilidades de embarazo. Sin embargo, lo que se propone no es bajar los planes para las mujeres sino lo contrario, subir el precio de estos para los hombres. Una medida al servicio
de los monopolios de la salud.
Por otra parte, cabe señalar que solo un 30% de las mujeres chilenas tienen planes en ISAPRE, y el 70% más pobre son afiliadas a FONASA.
En cuanto a educación, entre las medidas
que encontramos está la promulgación
de la reaccionaria Ley de Universidades Estatales contra la que el movimiento estudiantil tanto luchó el año pasado, y la creación de protocolos
y reglamentos contra el acoso y abuso sexual. Es decir, ningún avance para las demandas del movimiento, y ni mención se hizo sobre la educación no sexista.
Con esta agenda, una cuestión queda clara: la “equidad de género” y el feminismo
burgués que trata de impulsar el viejo Estado no es más que un programa
al servicio de la gran burguesía, los terratenientes y el imperialismo. Nada tiene que ver esto con la lucha de la mujer popular que hoy se levanta.
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